sábado, 21 de abril de 2012

VAMOS A LLENAR TODO ESTO DE POESÍA V: UN ARTISTA TIENE QUE ENTENDER EL SILENCIO



UN ARTISTA DEBERÍA TENER CADA VEZ MÁS DE CADA VEZ MENOS
UN ARTISTA NO DEBERÍA PRODUCIR EN EXCESO
UN ARTISTA TIENE QUE ENTENDER EL SILENCIO
UN ARTISTA DEBERÍA DAR INSTRUCCIONES PARA SU FUNERAL

 

No lo digo yo, lo dice Bob Wilson usando la voz de Marina Abramovic en Life and death of Marina Abramovic... O Marina Abramovic usando la voz de Willem Dafoe... O Willen Dafoe usando la voz de Bob Wilson... Marina ya ha preparado su funeral... (¡Yo quiero verlo! ¡Yo quiero verlo!) Bueno, ha preparado ya sus funerales, porque van a ser tres y nadie va a saber cuál será el verdadero... ¿Puede ser uno cien por cien coherente con lo que piensa, con lo que siente...? Sabemos que es imposible, somos inevitablemente humanos, uno siempre puede patinar tarde o temprano un poquito, es sano, (la misma Marina se ha entregado al teatro con esta falsa ópera, forma artística en la antítesis total de su arte habitual, de la expresión que le sale natural desde su misma sangre). Pero a Marina no se le puede negar que lo que sale de sus manos siempre es PURO. Ver esos tres futuros cadáveres rodeados de dobermans y huesos roídos sobre el escenario del Real es para petrificarse. Si Juan Ramón Jiménez (JRJ) la hubiera conocido, seguro que habrían sido buenos amigos ... El poeta la adoraría y la odiaría a partes iguales al darse cuenta de que esa pureza que él siempre veía corriendo delante suyo sin poder alcanzarla, es un juguete en las manos de la tal Marina...Cuentan en la ópera-teatro Life and death of Marina Abramovic que la propia Marina estuvo un año entero en la cama de un hospital porque creían que era hemofílica... Pero al final el diagnóstico fue que era solo una niña muy sensible... En una carta de JRJ al mismísimo Ruben Darío, el poeta andaluz le dice al nicaragüense: "¡Si yo tuviera esa libertad que todos tienen! Aquí estoy aislado completamente, y sólo veo a dos o tres personas (...). Me da miedo conocer jente nueva; sueño que cada uno trae un fondo de espinas, y nosotros, los que somos de cristal, de flores, de cosas sutiles y frájiles, no podemos resistir mucho...". Serían buena pareja de habitación de hospital. ¡Cualquiera los aguantaba pasando planta! "Doctor, me duele el corazón...". Y tú venga a pedir ecocardiogramas y troponinas... De todos modos, uno siempre se queda con las ganas de poder ser tan artista como para mandar un mail con expresiones como "fondo de espinas" o "nosotros, los que somos de cristal".
Marina es así de artista, GRANDE, con mayúsculas, VIVA, pura, descarnada, cruel y sensible a la vez, como somos todos un poquito, como es la vida misma. Y si para colmo se sabe buscar buena compañía, como en esta ocasión, pues mejor que mejor. Aunque sea tan mala actriz de escena. Se pone al lado la montaña Antony, la gran montaña delicada con voz celestial, se pone al lado del lagarto Willen Dafoe y del director de escena Bob Wilson y se marcan esa chulería de ópera-teatro que ha puesto patas arriba al Teatro Real (ese templo clásico donde parecía que sólo existía Plácido, con el enorme respeto que se merece. ¡¡GRACIAS Sr. Mortier!!). Lo de Antony y lo de Willen ya lo sabíamos: son de otro planeta. Pero cuando los ves tan cerca es mucho peor. La impresión es impagable. Entiendes perfectamente por qué son gente que está en la cúspide del ARTE.

 

-Mamá, que yo lo que quiero es ser artista...

 

Silencio.
Los poetas de siete años aspiran el olor de sus cacas
mientras los demás salen corriendo al recreo...
Rimbaud.

 

Silencio.

 

-Niña, tú estudia, haz la cama... Luego, ya veremos...

 

La cabeza llena de pájaros.
Biombos con colibríes rojos...

 

-Mamá, de verdad, que quiero ser artista.
He soñado con cebras y perlas negras...
He soñado que me enterraban tres veces...

 

Silencio.
La cabeza llena de pájaros.

 

-Será la hemofilia, doctor...

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